El estrés y los nervios no son buenos aliados, y menos durante la organización de una boda. Y aunque estos preparativos deberían significar alegría y felicidad, seguramente habrá momentos de tensión que te harán explotar. ¡No tires la toalla, respira profundo, analiza cada situación y toma la mejor decisión!
1. El presupuesto
En cuanto decidan casarse empezarán a saltar mil y un preguntas a las que deberán dar respuesta lo antes posible. Una boda resulta una inversión, así que hagan una pausa y definan qué tipo de boda quieren y cuánto quieren (y pueden) gastar. Como dice las mamás: si el tamaño y lujo de una fiesta aseguraran la felicidad de un matrimonio, imagina qué no harían las parejas para lograrlo.
Fijen un presupuesto realista, y respétenlo. Tal vez tus papás, sus papás o alguien cercano los apoyen, pero si al final, ustedes deciden asumir el gasto, enfóquense en lo básico, lo prescindible y no rebasen esos límites. Esto evitara que el dinero sea motivo de una pelea.
Toma nota de cómo calcular el presupuesto de boda en México
2. Wedding Planner, el factor tranquilidad
¡Hay mil detalles que cuidar y mil imprevistos que enfrentar! Considera la ayuda de expertos y especialistas dedicados a la organización de eventos, ellos estarán al tanto de “esas” cosas que nosotros, por el trabajo, por la emoción, el estrés, y los nervios, no notamos a simple vista.
Un wedding planner, es como una lámpara mágica que hará de todos tus sueños una realidad, solo recuerda precisar desde el inicio cuál es tu presupuesto y confía en que todo saldrá como imaginas.
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3. Distribución de invitados
Igualdad ante todo, 50 y 50. Si ya fijaron su presupuesto, ahora podrán definir la cantidad de invitados. Recuerda que es un acuerdo inamovible y que deben respetar, y aunque seguramente hay muchos compromisos que atender, lo importante es celebrar con las personas más cercanas a ustedes.
Eviten peleas, se trata de dar-dar, ganar-ganar, el mismo número de invitados para cada uno. Finalmente, asistirán las personas que deban estar y compartir con ustedes este momento inolvidable. Toma nota de las 9 personas que no tendrías por qué invitar a tu boda.
4. Involucramiento
Es una de las peleas más frecuentes, y es que los hombres no se involucran de la misma manera que las mujeres. ¡Ojo! No es que no esté emocionado. Para nosotras significa una ilusión, un sueño, el gran día de nuestras vidas. No está de más recordarte lo práctico y funcionales que son, así que busca el mejor momento para lograr su atención y tocar temas de la boda, tú mejor que nadie lo conoce.
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5. La mamá o la suegra entrometida
¡Recuerda que es TU día! Partiendo de este punto, podemos recomendarte lo siguiente: tu mamá es una de las principales personas en tu vida, puede opinar y sugerir, pero al final tú tienes la última palabra. Platica con ella en cuanto empiecen los preparativos, dile qué es lo que quieres, lo que imaginas y hazle saber que es algo que compartes con tu pareja. Seguramente entenderá y antes de pelear por algún asunto, recordará la plática que tuvieron.
Tu suegra es punto y aparte. Involúcrala tanto como consideres necesario. Es parte de ser cordial y por supuesto darle un lugar especial a la mamá de tu pareja. Nuestro consejo es que le comentes los avances como vayan sucediendo e invitarla a asuntos en donde ella pueda opinar como la degustación, la elección de vestido y la despedida. De igual forma, escucha y toma lo positivo de sus comentarios. Descubre cómo integrar a la familia de tu novio en la organización de la boda.
6. Muchas opiniones
Y es que no sólo tu mamá y suegra opinarán, también tu hermana cuñada, amigas y damas, la amiga de tu mamá, la vecina, etc., etc. ¡No te enojes, respira profundo y mantén la cabeza fría! Escucharas tantas recomendaciones y sugerencias como los remedios caseros que te aconsejan cuando te enfermas. Toma lo bueno, desecha lo no tan bueno y sonríe. Estos son los 20 pensamientos negativos que no deberías tener antes de la boda.
7. Luna de miel
¿Calor o frío?, ¿descanso o turismo? La luna de miel es otra de las charlas que deben tener. No importando el lugar, ten en cuenta que estos días son para disfrutar en pareja.
Toma nota de cómo elegir el destino para tu luna de miel
Ante cualquier imprevisto que pudiera presentarse, mantén la calma, son “gajes del oficio” y como en todo, nada es perfecto, cuesta trabajo pero valdrá la pena el resultado: una boda inolvidable.
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