Sabemos que la elección del vestido de novia es una de las tareas vitales en la organización de las bodas, además de ser una de las actividades favoritas de todas las mujeres; sin embargo, ¿habías pensado en la posibilidad de llevar un segundo modelo para el día de la boda? Seguro la idea ya había cruzado por tu cabeza, así que a continuación te contamos las razones por las que deberías hacerla efectiva. Créenos, ¡terminarás convencida!
1. Impondrás tendencia
La idea es muy atractiva, pero pocas mujeres la lleva a cabo. Lo entendemos, la inversión que puedes efectuar en un vestido de novia no es tan pequeña como para pensar en adquirir un segundo modelo, pero si lo haces ¡serás la sensación! La realidad es que la elección del modelo ideal se basa en cómo se verá mientras caminas hacia el altar y, muy pocas veces, se piensa en cómo te sentirás cuando estés bailando por primera vez con tu esposo. La mayoría se decanta por un vestido de novia con una falda muy amplia, o bien, con un cuerpo muy ceñido que saque a relucir lo mejor de tus curvas, pero ¿no sería sensacional tener una segunda opción con mayor libertad de movimiento? Además, cuando la gente te vea con dos modelos diferentes ¡quedarán impactados!
2. Necesitas libertad de movimiento… ¡En serio!
Seguro te verás divina en la ceremonia religiosa, pero ¿qué pasará cuando llegues a la recepción y tengas que lidiar con cientos de kilómetros de cauda? Lo mejor es que apuestes por un modelo majestuoso para esa fase tan tradicional, pero que explores con otros estilos durante la recepción. Además de que te ahorrarás un par de alteraciones, lo mejor es que podrás moverte con confianza por toda la pista de baile, sin la preocupación de que te pisen el vestido o que te deshagan la cauda con taconazos u otros incidentes. Por si fuera poco, podrás olvidarte de la formalidad para elegir un diseño sin complicaciones y con un estilo más trendy.
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3. Algunas situaciones son más complicadas
Sí, amamos los vestidos al estilo princesa, pero nada es más difícil que lidiar con una falda confeccionada con cientos de capas de tul, sobre todo cuando tienes que ir al baño. Lo mejor de llevar un segundo vestido de novia a tu boda es que puedes elegir un diseño más liviano y de mejor manipulación. Puede parecer muy exagerado, pero créenos, estarás a salvo (y muy cómoda) en el gran día.
4. Escenario B a la mano
Aunque quieras que todo salga perfecto, puede ser que durante la ceremonia o el banquete tengas algún accidente con tu vestido de novia (manchas de maquillaje, comida, sudor)… Todo puede pasar. Para que estés resguardada con una segunda opción y no pierdas el estilo en ningún momento, ¡qué mejor que llevar un segundo vestido de novia! Con él estarás segura de que, pase lo que pase, tu estilismo no correrá ni un sólo riesgo.
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5. Nada mejor para el “after”
¡Sí! Si ya estás pensando en todas las actividades que podrás hacer cuando termine el banquete de boda, lo ideal es que te apoyes en un modelo con el cual puedas caminar y conquistar las calles sin que tu diseño acabe con lodo y suciedad en la falda (sí, eso pasa). En vez de arriesgarte a terminar con un vestido de novia hecho pedazos, mejor compra otro que tenga un diseño más ad hoc para irte con tus amigos y tu esposo a dar un buen tour por la ciudad.
6. Porque… ¡Es el sueño de todas!
Después de haber visto la clase magistral que nos dio Kate Middleton en su boda, la realidad es que todas, a partir de ese momento, quisimos tener un segundo vestido de novia en nuestro armario. Sí, no somos de la casa real, pero siempre existen opciones que no abarcan tanto del presupuesto que tengas destinado para el día y que, además de todo, conserven un toque mega chic para que te veas guapísima. Si ya estás convencida de llevar otro diseño para tu boda, entonces elige un vestido de fiesta muy elegante en color blanco o marfil… Los precios se reducen, pero tú ¡te verás espectacular!
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Fotos de Bruno Rezza, Ana Luisa de la Torre, Cristina Civallero, Juan Luis Photographer
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