Un amor al otro lado del mundo, así podríamos definir la historia de Adelina y Joachim. Cuando se trató de materializar cada uno de los sueños para su gran día, las ideas estaban claras: una ceremonia íntima, con la compañía de las personas más allegadas a ambos y, por supuesto, en uno de los lugares clásicos de la Ciudad de México: El Club de Banqueros. Con la maestría de Marcos Valdés detrás de la lente, te invitamos a conocer todos los detalles de una boda que, sin lugar a dudas nos lleva a lo mejor de la cultura mexicana y, por supuesto, de la comida. Elegancia, originalidad y distinción… Los tres pilares fantásticos de este gran día.
Los novios y su look
Si hay algo que nos fascina de las bodas es, sin lugar a dudas, la imagen que eligen los novios para iniciar una ceremonia tan hermosa. En esta ocasión, Adelina y Joachim no sólo nos sorprendieron con una historia de amor impresionante, sino que también conquistaron nuestros corazones con un estilismo propio de las bodas más elegantes.
Ella, con un vestido de novia corte princesa y capeado de telas en la falda, se veía divina; la integración de un cinturón con apliques de pedrería se ha convertido en una gran tendencia nupcial, y Adelina sí que supo cómo aprovecharla. No podemos dejar de mencionar la elección de maquillaje, el cual enfatizaba lo mejor de sus facciones y esa mirada de gran imponencia. Por otro lado, Joachim lució un traje formal, perfecto para la ocasión: un atuendo en color negro, combinado con camisa blanca y una corbata de estampados geniales ¡fueron los integrantes idóneos! Ambos, por supuesto lucieron en completa armonía. ¡Nos encantaron!
Una sesión previa muy divertida
Antes de la boda, los novios y los padrinos se dieron cita en las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México para disfrutar de una sesión de fotos muy divertidas. Las chicas, al estilo Sex and The City pasearon por los andadores más representativos de esta locación, disfrutando de sonrisas y muchas miradas de complicidad. Los chicos hicieron lo propio, aprovechando los colores del DF y, por supuesto, de las hermosas fachadas que dan la bienvenida a los edificios históricos. ¡Todo un deleite a la vista!
El deleite de la ceremonia religiosa
Como en cada boda tradicional mexicana, esta fase tan tradicional no podía faltar en la boda de Joachim y Adelina. Ambos disfrutaron de una experiencia religiosa en todos los sentidos: mensajes de amor, entrega de símbolos, la entrada triunfal de la novia y todos los detalles propios de una ceremonia extraordinaria. No podíamos pasar por alto la belleza del altar que los esperaba, el cual se hacía notar a la distancia con un sinfín de acabados en oro, estéticas que han marcado la historia nacional y todo el marco cultural del país. ¡Una gran apuesta para iniciar lo mejor de su historia de amor!
La recepción… ¡Una gran declaración de estilo!
Alejados de las típicas celebraciones que albergan a muchísimos invitados, Adelina y Joachim decidieron romper los esquemas de la tradición para disfrutar de una recepción ¡fuera de serie!
Todos los detalles se alzaron como verdaderas declaraciones de estilo: texturas de madera, colores encendidos por doquier, caminos de mesa, montajes originales y comida mexicana. Si hubo algo que nos fascinó fue, sin duda alguna, la mesa de postres, misma que se acompañaba de obleas típicas en colores intensos, chilitos, papas y todo lo necesario para deleitar el paladar de los invitados con verdaderas exquisiteces. Las sillas cross back y los montajes de mesa con texturas de madera ¡quedaron geniales! No podíamos pasar por alto la majestuosidad de los arreglos florales que dotaban de vida y gran estilo cada mesa en el banquete.
Discursos de los invitados, una atmósfera cercana y la locación perfecta fueron los elementos distintivos que, en tan sólo unos segundos, probó que el amor no conoce fronteras. Si quieres inspirarte para tener una boda de ensueño, también te recomendamos: la boda de Katia y Juan Carlos en la Casona de los 5 patios, una boda en rosa, la boda de Eli y Héctor en Hacienda Temozón, una boda inspirada en la estética fantástica de los años 70 y la boda shabby chic más hermosa de la historia.
Fotos cortesía de Marcos Valdés
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