Más allá de la boda y la gran majestuosidad que tome un día, lo que realmente fascinante se esconde en la magia que es capaz de transmitir una pareja enamorada. Las sonrisas, los abrazos y esas miradas de complicidad se vuelven un elemento de ensueño, sobre todo cuando se trata de mirar esos gestos a través de exquisitas tomas que nos llevan a lo mejor de una fecha tan esperada. Esta vez, te invitamos a que conozcas la grandiosa ceremonia de Iyenní y Fernando, una pareja que además de tener un gusto extraordinario, logró diseñar una boda que te robará más de un suspiro. No pierdas detalle de las fotografías de Jorge Kick. ¡Las amarás!
La novia… ¡Inspiración de pies a cabeza!
El éxito de una boda espectacular también está dictado por la imagen que adopte la novia para un día tan especial. Iyenní, por ejemplo, nos dejó boquiabiertas con la elección de su estilismo: un vestido de novia de inspiración griega con plisados, tirantes y preciosas aplicaciones de cristales a lo largo del diseño. La sutileza de la caída nos hizo soñar, así como el marco de pedrería que acompañaba la espalda… ¡Un must! Para el peinado, nada mejor que un medio recogido con suaves ondas, aderezado con un tocado de apliques encantadores. Y si del maquillaje se trata, la tendencia de enfatizar la mirada se destacó en su imagen desde la primera toma. Conclusión: una novia perfecta.
El novio… ¡Todo un galán!
Siguiendo las tradiciones, Fernando se decantó por un traje elegante en color negro, mismo que combinó con una camisa en color blanco y una pajarita en un tono intenso. La armonía de ambos quedaba espectacular y sobresalía aún más por el estilo de la ceremonia.
La ceremonia religiosa… ¡Todo un espectáculo envuelto en romance!
Como en todas las bodas mexicanas, la fase de la ceremonia religiosa no podía ser olvidada. La pareja eligió la Hacienda de San Carlos, en Cuernavaca, como el escenario perfecto para enmarcar su historia de amor. Si hay algo que nos encanta de este tipo de locaciones son los toques coloniales, las paredes con aspecto desgastado, el maravilloso contraste que se hace con la naturaleza y, por supuesto, los mágicos rincones que se llenan de elegancia.
En la ceremonia sobresalían bancas de madera, decoración con flor de nube y pétalos que adornaban el camino hacia el altar. Fernando esperaba impaciente y con mucha emoción a Iyenní, mientras que ella lucía sensacional caminando del brazo de su padre. Esta fase tan tradicional estuvo enmarcada por la entrega de símbolos, los votos y las miradas románticas que compartía la pareja mientras unían sus vidas. Sin duda alguna, cada detalle fue un elemento más que ensalzó la unicidad de esta boda.
Antes de irse a la recepción, los novios hicieron una salida triunfal en una carreta jalada por caballos… ¡Un detallazo difícil de ignorar!
La recepción… ¡Una fiesta de mucho color!
Haciendo uso de las máximas tendencias para boda, Iyenní y Fernando armaron una recepción encantadora: luces de colores, pista de baile iluminada y extraordinarios montajes con centros de mesa altos… ¡Todo lució a la perfección!
Como era de esperarse, los novios disfrutaron de su primer baile como esposos, aunque después los invitados tuvieron la oportunidad de hacer brillar la pista de baile con sus mejores pasos y la mejor actitud. Sin duda alguna, cada segundo de esta boda fue, sin lugar a dudas, ¡perfecto!
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Fotos cortesía de Jorge Kick Photography
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